sábado, 19 de marzo de 2011

Observaciones críticas al Diccionario del Español de Nicaragua (DEN, tercera edición 2009). II Parte


Por Maestra Francis Mendoza Morán
Otro aspecto esencial, dentro de la microestructura, es la especificación de los contornos de las diferentes definiciones. No sé si se deba a problemas gráficos que se descuidaron al final o que quizás se obvió esta parte sin ninguna intención negativa. De todas formas, por la causa que haya sido considero apropiada la revisión y reexaminación de artículo por artículo, esto permitirá claridad en cada una de los sentidos del corpus del diccionario.
Cabe señalar que las tres ediciones han presentado esta debilidad y, generalmente, en casi los mismos lemas. Sin afán de incomodar a nadie, señalo a continuación algunas entradas y acepciones que pude revisar hasta ahora. Éstas son: abajo (acepción 2), abombar (acepción 1), abostezar, abrazadera, abrir (acepción 4, 5, 6, 7), abusar, (acepción 1), acabangarse (acepción 2), acabar(se) (acepción  2 y 3), achantarse (acepción 1), achante, achicharrado,da (acepción 1 y 2 y le agregaría [Dicho de alguien] que está muy expuesto al sol), achichiguar (acepción 1), aclarado,da (acepción 1), aclaratoria (acepción 1y 2), acompañarse, aconcubinarse, acoquinar, acotación, acuerpar, aculillarse, ¡adiós! (acepción 1 y 2), adónde, adormidera, adornar,  adueñado,da, afigurarse, afincar(se), aflatrse, agarrar (acepción 1, 2, 3, 25 y 27), agigolón (acepción 1, 2, y 3), agigolón, agresividad, agua (acepción 5, 11, 15, 19, 21 y 24), aguaje (acepción 2), aguantar (acepción 5 y 6), ahuevado, da (acepción 3), ahuevar(se) (acepción 4), ahuevazón, aire (acepción 6), ahumarse, aire (acepción 6), airearse, ajarse (acepción 1 y 2), ajochar (acepción 2), ajustar (acepción 1, 4 y 7), ajuste (acepción 2 y 3), ¡ala!, ¡alabado!, albañal (acepción 1), albur (acepción 2), alegadera, alegador, ra, alegato (acepción 2), alegrar, aleteo (acepción  1 y2), alfabetizador, ra, algotro, alguito, alharaquear, alicate, alinear, alinearse, aliñar (acepción 2), aliño, alisar, alistar (acepción 3), almorzarse, altanería, alujar, alumbrón, alzo (acepción 1), amariconarse (acepción 1), amarillarse  (acepción 2 y 3), amarrar (acepción 2), amarrarse (acepción 2 y 3), ameritar (acepción 2), amiguito, amoledera, amotetarse (acepción 1), amuinado,da  (acepción 1), amuinarse (acepción 1), amurriñarse(acepción 1), andar (acepción 5, 6 y 7 ), angurria, antivalor, antojado,da (acepción 1), apenar, apertrechar, aporrear (acepción 2, 3,4y 5), arador, arrancharse, arrejuntarse, arrendón (acepción 3 y 4), arreo, arriar, arriba (acepción 1, 3, 4 y 5), arrimar, arrizar, arrojadera, arrojar, arropar, arruinarse (acepción 1, 2 y 3), arrumar (acepción 2), aruñada, aserruchar (acepción 2), asignación (acepción 1 y 2), asignatorio,ria, atacarse (acepción 1),atarcar, atariarse, atenerse, aticuñar, atilintar, atipujada, atipujarse, atol (acepción 8), atragantar(se) (acepción 1), atrincar(se) (acepción 3), aturugarse,auditoría, aulladera (acepción 1 y 2), ausentista, autocarril, autorrespuestos, (acepción 1 y 2), avanzar, avenida, aventón (acepción 2), average (acepción 3), avión (acepción 2y 3), aviso (acepción 1), avisparse (acepción 2), avivar(se) (acepción 2), ayudante, azadonear, azareo, azotada (acepción 2), azucararse (acepción 2) y  azulillo. Este fenómeno descrito es constante. Fijémonos que en las definiciones de los verbos la situación es aún más compleja El profesor F. Arellano con un gran dominio, los conceptualiza con maestría lexicográfica y trata de representar “valencias o argumentos verbales, argumentos cuya indicación en la definición es imprescindible cundo deben satisfacer alguna característica o condición concreta” (Porto 2002: 309).  De esto se deduce que con tantos sentidos que una palabra adquiere, hace la tarea  del corpus un poco más compleja. Definir es difícil y acertar a cada acepción, es más difícil. Ya ustedes se imaginarán la tarea que presenta el delimitar cada contorno. Puedo decir que el DEN (tercera edición), representa un acopio bastante ilustrativo y amplio de las diferentes acepciones. Recomiendo reflexionar sobre lo indicado anteriormente.
A pesar de este complicación, se podría señalar, que  el  DEN  maneja con certeza el contorno definicional y se identifica satisfactoriamente con los llamados “rasgos contextuales”, que no son más los que se adecuan según al contenido de las diferentes acepciones y a la documentación presentada. Estos “rasgos contextuales” son llamados por Porto Dapena como “solidaridades léxicas”. Esto demuestra la altura científica-lexicográfica del DEN (tercera edición).
En relación a la información cronológica propongo una revisión de algunos entradas en donde se refleja, unas veces como de uso y otras, como de poco uso o poco usado. E incluso a varios lemas y locuciones les faltaría delimitar esta marcación. Así lo pude observar en: abarrotes, afro, agiotista, …ll ~ florida (agua florida), anelina, aposento, barrilete, boli(s), bonche, cachureco,ca, chincoto,ta, duchazo, pichel (segunda acepción), rejoneador, ra y otros más. A todos ellos se les debe constatar y/o especificar si son o no de poco uso. El criterio a mantener sobre esta marcación, representará mayor especificación de aquellos lemas, que por uno u otro motivo, ingresan a la lista y a la espera de llegar a considerarse como arcaísmos. El Diccionario de Uso del Español de Nicaragua (DUEN 2001) hace uso de esta marca, pero solamente en los casos que lo amerita. Propongo que en las próximas ediciones del DEN someta a revisión esta marcación dentro de los artículos presentados.  
Grandes estudiosos, como Porto Dapena, indican que la definición sinonímica no es absolutamente condenable. Sin embargo, la orientación adecuada que brindan los actuales lexicógrafos es la de definir perifrásticamente, a través de una breve explicación. Esto evita ambigüedades y desaciertos lejanos de posibles sinónimos. Así Porto asegura que: “…no puede aceptarse como verdadera definición aquella cuyo definidor no constituye un auténtico sinónimo del definido”. (Porto 2002: 287). El DEN, tercera edición, presenta  algunos lemas definidos a través de ciertos sinónimos que a veces conllevan a la confusión semántica. Pero en otros casos define explicativamente y luego aparece un sinónimo.
En esta edición del DEN prevalece el tipo de definición sinonímica pseudoperifrástica, es decir es una enunciación que se auxilia de una estructura sintáctica, no es perifrástica y/o se complementa por un sinónimo. Debe resaltarse que en esta edición del diccionario, se proyecta un mejor trabajo en este sentido. Como afirmé anteriormente, definir no es fácil y brindar las conceptualizaciones de cada una de las acepciones y locuciones expuestas en cada artículo, es un quehacer de no acabar. Algunos casos donde se puede observar este fenómeno son: acoquinado,da (… [Dicho de alguien] que se encuentra hastiado, aburrido). altiro (…Inmediatamente, al instante). bolo,la (…Ebrio, borracho, beodo). chiflado,da … ([Dicho de alguien]  que va veloz, rápido). congestionamiento (…Atasco de tráfico, embotellamiento). ingrido,da (…[Dicho de alguien] que está absorto, abstraído). papo (…Persona tonta, majadera). runga (…Guerra, combate entre dos fuerzas). Y otros casos más.
No comparto el criterio de la redacción sinonímica en los diccionarios, máxime este tipo de lemas que caracterizan a una variante dialectal de la lengua española. Actualmente hay grandes contradicciones entre algunos estudiosos alrededor de esta parte de la microestructura, no obstante lo que se nos ha orientado en los cursos de lexicografía es evitar definir sinonímicamente. Como también, contradictoriamente, se ha dicho en muchas ocasiones,  no abusar de éstas. Planteo se estudie con más detenimiento algunos de estos casos. Resultado de esto será un DEN con mayor amplitud léxico-semántico y morfosintáctico. Deseo, que el autor del diccionario y su equipo de colaboradores,  compartan este criterio.
 Siempre en relación a la forma de la escritura de las definiciones, reflexiono en el modelo bastante tradicional en que se expone la significación de algunas acepciones. Me refiero  a “Acción y efecto de…” Definir de esa manera nos dirige hacia una verdadera confusión y delimitación semántica de nuestra variante (léxica) dialectal. Al  DRAE  se le han hecho fuertes críticas sobre esto y aún así aparece en la versión de la vigésima segunda edición. Ellos mantienen ese criterio  como válido, lo conservan  como adecuado. La lexicografía moderna no está  muy satisfecha con esta forma de definir, no obstante no hay nada ni nadie que indique “no lo haga”. Es pertinente que sigamos la forma idónea para definir cada lema en estudio.
Este tipo de definiciones están presentes en lemas como: peinado, da. (Del part. de peinar). 1. adj. Dicho del estilo: Excesivamente relamido. 2. adj. coloq. Dicho de un hombre: Que se adorna demasiado. 3. m. Cada una de las diversas formas de arreglarse el cabello. 4. m. Acción de arreglar o arreglarse el cabello. 5. m. En la industria textil, operación que tiene por objeto depurar y enderezar paralelamente fibras textiles. 6. f. Acción de peinar. Voy a darme una peinada. Obsérvense las acepciones 4 y 6. También en palabras como: abatización, abotonadura, agripamiento, balurdeada, bostezadera, cagadera, chacobeo, chollada, cogedera, encarrujamiento, guruguceada, palmeada, pijeada, repartidera, tapisca, vulgareada y muchos otros más.
Sugiero que en el próximo DEN, prevalezca y se haga mayor uso de  la definición “incluyente positiva” que consiste en definir al verbo mediante otro verbo de significado más general, es decir a través de un archilexema, seguido de uno o varios complementos, que constituyen la diferencia específica. Por ejemplo: entrar. …Pasar [una persona] de fuera adentro. Esta aplicación, la podemos observar en el bien logrado artículo de la voz  amanecer, bolsear, cunetear, halar y otros.
Otro aspecto relevante de la microestructura es la indicación sobre la presencia de algunos lemas que aparecen con morfema diminutivo ito, ita acompañado algunas veces del morfema de número s y del morfema de género a y o.  El uso de éstos es frecuente en el habla del nicaragüense y en casi todos los contextos lingüísticos. Por lo tanto deben orientarse y explicarse dentro de la marcación gramatical (páginas 18 y 19). Estos morfemas conllevan a una semántica particular en Nicaragua y encierran una idea lexematizada, es decir, que una o más palabras nos conducen a una única significación o sentido. La cantidad de lemas de este tipo en el Diccionario del Español de Nicaragua, tercera edición, es significante y muy específica en su información lexicográfica. Únicamente recomiendo fortalecer la indicación, como dije, en la parte correspondiente. Se puede ejemplificar con los lemas: alguito, amiguito, bailadita, caballitos, pipito, ta, voladito y otros.
De esta parte quiero comentar que no debe perderse de vista la indicación pragmática con que usamos, en habla espontánea, algunos morfemas diminutivos (ito-ita) tanto en el paradigma de los sustantivos como adjetivos. Así es común escuchar: Ayer te vi con tu amiguita. (amiguita → amante); Ahí va esa gordita que no la soporto (gordita → mujer desagradable); Esa profesorcita me tiene tema ( profesorcita  → profesora que no aprecia a un alumno). De alguna forma estos usos orales, aunque son complejos para su recopilación sí son valiosas variantes léxico-semánticas y morfosintácticas que el autor F. Arellano, puede considerar en el corpus del diccionario.  
Finalmente recomiendo y propongo que las futuras presentaciones, del Diccionario del Español de Nicaragua, sean con mayor espacio de tiempo. Lo conveniente, aproximadamente,  debe ser entre cinco a seis años. Esto permitirá obtener mayor calidad y eficiencia científica-lexicográfica.
 Valoro el trabajo, el esfuerzo y el aporte significativo del profesor Francisco Arellano Oviedo y equipo de colaboradores, por tan importante obra lexicográfica que responde acertadamente  a las variantes dialectales del habla del nicaragüense.
Felicidades al profesor Francisco Arellano Oviedo y  equipo de colaboradores. Espero que el análisis de esta humilde y amante de la lingüística y, en particular de la lexicografía nicaragüense, le sean de utilidad para las venideras y muchísimas más presentaciones del Diccionario del Español de Nicaragua.
“El léxico de una lengua es inagotable, pero un diccionario, por muy voluminoso que sea, sólo puede ofrecer una selección del mismo, una selección que debería tener en cuenta, mucho más de lo que hasta ahora lo ha hecho, las necesidades específicas de los distintos grupos de usuarios. (Gunther 1997: 23).

Francis Mendoza Morán
Maestría en Lexicografía Hispánica

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