domingo, 20 de marzo de 2011

Estudios de la fonética nicaragüense


Por Francis Mendoza Morán
¿Qué es la fonética? El DRAE nos dice que es “Perteneciente o relativo a la voz humana”. Es decir, lo referente a cómo un determinado grupo de hablantes  pronuncia su idioma, aquí se incluyen los cambios que una palabra o frase pueda presentar durante un momento dado o a través del tiempo. La fonética es una de las variantes dialectales estudiadas a nivel del español hablado en América, España y demás zonas donde se habla este idioma. Todas las lenguas poseen su fonética.   
Para realizar estos estudios se requiere de aparatos especializados como cedé, casé, cintas, programas de informática, grabadoras digitales o celulares que permitan la transparencia del sonido y otros. Estos tienen que demostrar la recopilación oral de los hablantes entrevistados de un periodo determinado y a la vez la identificación de las variables fónicas ya sea de un fonema vocálico o consonántico. Como también aquellos fenómenos que tienen que ver con el acento, la entonación y demás. En esta tarea la fidelidad del sonido grabado es determinante. Las cintas compiladas hasta el momento por diferentes autores nacionales están dispersas y no conllevan a un análisis integral. Los enfoques son diferentes, así como también la metodología empleada. Sin embargo, esas muestras orales son una demostración del gran esfuerzo que se ha hecho por intentar acercarnos hacia una caracterización fonética de los nicaragüenses. A continuación presento algunos trabajos relevantes (desde Heberto Lacayo 1951-1952 hasta el de María A. Rosales 2008) en cuanto a esta variante del español hablado de Nicaragua.
Uno de los primeros estudios representativos para la fonética nicaragüense es el realizado por Heberto Lacayo, titulado Cómo pronuncian el español en Nicaragua. (1951-1952). En este destaca algunas de las características generales del nicaragüense y especifica que sus anotaciones se basan en aquellos informantes que solamente hablan español. Delimita las características de sus noventa hablantes seleccionados: trabajadores, de treinta a cuarenta años de edad y representativos de todos los departamentos de Nicaragua. Se guió por El Cuestionario Lingüístico Hispanoamericano de Tomás Navarro. Usó la simbología fonética del Manual de pronunciación Española, del mismo autor.
Los principales rasgos fonéticos identificados los dividió en vocálicos y consonánticos. En el estudio sobre las vocales se destacan: el fonema media, posterior, sonoro /o/ no acentuado, o cuyo acento se transfiere a la vocal siguiente, se convierte en la semiconsonante [w] cuando va seguida de la vocal baja, central sonora /a/, media, anterior, sonora /e/ y la alta, anterior, sonora /i/  en palabras como: - juaquín-Joaquín-; cohartada- cuartada; pueta-poeta; toduéso-todo eso y otros más. La media, anterior, sonora /e/ no acentuada, o cuyo acento se transfiere a la vocal siguiente, se convierte en la semiconsonante [j] cuando va seguida de la baja, central, sonora /a/, de la media, anterior, sonora /e/, de la media, posterior, sonora /o/ y de la alta, posterior, sonora /u/; tales son las palabras: apiár-apear; diótro-de otro; - diusté-de usted. La media, anterior, sonora /e/ se convierte en la semivocal [i] cuando va precedida de la baja, central, sonora /a/ acentuada, en casos como: micáila-Micaela; rafáil-Rafael y demás. El autor indica que la pérdida de vocales es general en casos sintácticos: cósarbitrária-cosa arbitraria.  Mientras tanto,  se pierde la baja, central, sonora /a/ final de palabra seguida de vocal: paroctávio-para Octavio; parír-para ir. De igual manera se pierde la baja, central, sonora /a/ en final de palabra seguida de la preposición de, la cual se convierte en  la media, anterior, sonora /e/: casepiédra-cosa de piedra. La media, posterior, sonora /o/ final de palabra se pierde ante la alta, posterior, sonora /u/: ténguníjo-tengo un hijo. Y el último caso que presenta en relación al comportamiento fónico de las vocales afirma que ciertas formas del presente de indicativo se distinguen de sus correspondientes formas de subjuntivas por su función en la frase.
Los principales fenómenos identificados en cuanto a los fonemas consonánticos son los siguientes: la /b/ a veces se convierte en /p/: osbaldo-opaldo. Otras va cuando va seguida de consonante se convierte en /k/ o /g/ fricativa: aksolúto-absoluto. El fonema oclusivo, dental, sonoro /d/ se convierte a veces en /t/ o /l/: atministradór-alministradór-administrador. Señala que la tendencia hacia la consonante fuerte es también evidente en las semiconsonantes y en las semivocales: guéso-hueso;yélo-hielo. El hiato, variante importante, la indica con una fuerte tendencia a deshacerlo, según sus resultados. En casos como: díya-día; fríye-fríe. Encontró con menor frecuencia la abundancia del sonido de /y/ en combinaciones ea,eo,eu, oí, aí, eí: féya-fea; séya-sea; ayído-oído. Profundizó en el comportamiento fonético de los grupos nn, nm, mn, mm, gn, gm. Solamente aporta quela nasal, alveolar, sonora /n/ se articula como velar [ŋ] en palabras innumerable, inmediato, columna y demás. Esta velar se mantuvo en posición final de palabra. También estudió casos de grupos consonánticos como ns y sf. El fonema fricativo, alveolar, sordo /s/ lo aborda en diferentes contextos fónicos y destaca que en posición final de palabra la tendencia mayoritaria es realizarla como una aspiración [h]. 
Finalmente, el autor realiza sus disertaciones sobre el caso de la entonación de los hablantes seleccionados. Diferencia entre la pronunciación de los parlantes cultos y populares. En esta parte se valió como base de comparación con la obra de Tomás Navarro,  Manual de entonación española.
Los alófonos de los fonemas característicos utilizados por los hablantes del barrio Farabundo Martí de Managua. Así se titula el trabajo de investigación realizado por dos profesores de la UNAN-Managua, Germán Rodríguez Domínguez y Francis Mendoza Morán en el año 1998. Describe a las variantes alofónicas más representativas en los veinte hablantes entrevistados de ese barrio de Managua. El análisis de los resultados fue posible después de efectuada la transcripción literal, fonológica y fonética de cada una de las entrevistas aplicadas. Los datos se reflejaron a través de cuadros estadísticos y diagramas. Se aplicó el Alfabeto de la Revista de Filología Española RFE. Este estudio es importante porque presenta algunos alófonos vocálicos y consonánticos identificados en los informantes seleccionados. Se encontró que el fonema /b/ es sufre fricción y omisión. Igual caso ocurre con /d/. /s/ refleja un porcentaje mayoritario en aspiración y en segundo lugar la elisión. /n/ se mantiene como tal, en segundo lugar se dentaliza [ņ] y por último se velariza [ŋ]. Luego aparece /g/ con un alto porcentaje de fricatización y le sigue la elisión. Después se ubica la vocal /u/, su presencia como semiconsonante y semivocal es representativa. Y por último expone a la vocal /i/, también con alta representatividad como semivocal y semiconsonante. Esta investigación expone en su enfoque variables sociolingüísticas como: sexo, edad y  nivel de escolaridad, sin embargo no explica la incidencia en los resultados de los alófonos encontrados. 
Otro estudio que aporta a la profundización de esta variante dialectal (fonética) es el de Francis Mendoza Morán, realizado en el año 2000 y aborda la temática: Algunas características fonéticas del habla nicaragüense. Para cumplir con los objetivos propuestos en su trabajo seleccionó a cuarenta informantes: diez de Chinandega, diez de Managua, diez de Matagalpa y diez de Rivas. (Veinte mujeres y veinte varones), de diferentes edades, sexo, ocupación y estado civil. Les aplicó  entrevista con preguntas abiertas. Realizó transcripción fonética, según Revista de Filología Española RFE. Y luego identificó alófonos de los fonemas vocálicos y consonánticos. Destaca en sus conclusiones finales que la aspiración del fonema fricativo, alveolar, sordo /s/ se realiza aspirado [h] en posición intermedia y final de palabra. Igual ocurre con el fricativo, interdental, sordo /ө/, especialmente en sílabas contiguas. Se produce la diptongación y asimilación, como recurso de economía lingüística. El fonema nasal, bilabial, sonoro /m/ se pronuncia como [n]. Se produjo seseo, ante el grafema c cuando se une con las vocales e, i y el uso del fonema fricativo, interdental, sordo /ө/. Omisión del fonema oclusivo, dental, sonoro /d/ en posición final de palabra. Resalta el comportamiento del grupo ct, este se articula como el oclusivo, velar, sonoro /g/. Identificó nasalización de los fonemas vocálicos y finalmente añade que el fonema nasal, alveolar, sonoro /n/ se velariza [ŋ] ante pausa. Esta investigación fue presentada por la autora para optar al título de Máster en Filología Hispánica en la UNAN-Managua. (Inédita). Sus conclusiones coinciden, en su gran mayoría, en las observaciones indicadas por H. Lacayo y M. Auxiliadora Rosales.
Luego en el año 2002 se realizó otro trabajo similar por la misma autora. El tópico del estudio: Algunos alófonos de los fonemas del español de Nicaragua. Este se expuso en ese año en San José, Costa Rica en el “XIII Congreso Internacional de la Asociación de lingüística y Filología de la América Latina” (ALFAL). En ese evento participaron catedráticos e investigadores de diversos países del mundo como: España, Venezuela, Argentina, Colombia, Puerto Rico, Cuba, Guatemala, El Salvador, Honduras, Panamá y otros. Mendoza, aplicó muestreo aleatorio estratificado en veinte informantes correspondientes  a los departamentos de Bluefields, Matagalpa, Masaya, Managua, León, Carazo, Chinandega, Granada, Boaco y Rivas. Las entrevistas fueron dirigidas con preguntas abiertas. Transcribió cada una fonéticamente y después localizó variantes alofónicas referentes a las vocales y consonantes. Los principales versan sobre: la aspiración del fonema fricativo, alveolar, sordo /s/, este se realiza así en posición intermedia y final de palabra. El seseo se comprobó una vez más ante el grafema c cuando se une a las vocales i, e y del fonema fricativo, interdental, sordo /ө/. La omisión del fonema oclusivo, dental, sonoro /d/ en posición final de palabra. Velarización del fonema nasal, alveolar, sonoro /n/ ante pausa mayor y menor. Los resultados son significativos y aportan a la caracterización fonética de nuestro país.

El siguiente tratado Atlas lingüístico de Nicaragua, nivel fonético (Análisis geolingüístico pluridimensional) de María Auxiliadora Rosales Solís 2008,  es uno de los primeros que enfoca el estudio de la fonética nicaragüense desde la perspectiva sociolingüística. Aplicó el método de la geografía lingüística por tanto, seleccionó a las localidades y a los informantes. Luego realizó encuestas, transcribió los datos y elaboró los atlas lingüísticos. Seleccionó los quince núcleos departamentales: Chinandega, León, Managua, Masaya, Granada, Carazo, Rivas, Madriz, Estelí, Jinotega, cuatro de Matagalpa, Boaco, Chontales, Río San Juan, Región Autónoma del Atlántico Norte y Región Autónoma del Atlántico Sur (cuatro hablantes en cada uno de ellos). Las conclusiones generales a las que llegó la autora son: los datos analizados permiten inferir análisis estructural, geolectal, diasexual y diageneracional. Generalmente las vocales finales /-a/, /-e/ y /-o/  se pronuncian plenas en la mayor parte del territorio. De igual manera que alófonos tales como [a], [  ], [a];   [e], [ε], [e]; y  [o], [u], [ọ]. El porcentaje de mayor frecuencia en la abertura lo presenta la vocal media anterior /e/.  También se presenta la tendencia a la nasalización vocálica cuando se pierde la velar /n/ en palabras como [´pãø].
Entre los alófonos vinculados a los fonemas consonánticos se encuentran: que los fonemas oclusivos sonoros /b, d, g/ conservan este rasgo tras diptongo. La /d/ intervocálica se articula mayoritariamente como aproximante [ ð̞ ]. Este resultado es muy relevante, pues rechaza las afirmaciones de Caravedo (1992), Quesada (1990), Vaquero (1996) quienes han considerado a nuestro país como zona de elisión de este fonema en esa posición. Como se observa los anteriores trabajos tampoco la reflejan. Luego el comportamiento de /f/se realizó generalmente como labiodental fricativo sorda [f]. La pronunciación de /s/ obtuvo seis realizaciones fonéticas: [s], [Ѳ], [z], [h], [¿], [ø]. Según la autora, la elisión de /y/, en posición intervocálica, es el uso de mayor extensión en el habla nicaragüense. El fonema fricativo velar /x/  presenta variantes: [x], [h], [x] y [ø], en casi todo el territorio predomina la realización fricativa laríngea o glotal sorda [h], muy relajada. La  africada palatal sorda /ʧ/ presentó dos alófonos [ ʧ ] y [∫]. La nasal alveolar sonora /n/, se realiza como nasal velar [ŋ] en posición final. Variante también reflejada en los anteriores trabajos. /r/ múltiple se conserva plena en la mayoría de las regiones estudiadas. La /ɾ/ vibrante simple alveolar, ante consonante se mantiene en todas las posiciones.
Esta investigación refiere a la distribución diatópica y los datos obtenidos facilitan la definición de tres zonas dialectales: Pacífico, Central y Caribe o Atlántica. En la zona del Pacífico hay mayor tendencia a la abertura vocálica, alternancia entre la oclusividad y fricatización, mayor aspiración de /s/, relajamiento de /x/, realización polifónica  entre [ ʧ ] y [∫]. En la zona Central la tendencia es a cerrar /o/ en posición final en Estelí, Jinotega y Matagalpa. También se produce aspiración de /s/ hasta llegar a la pérdida. Y en la zona del Caribe o Atlántica se registran los mayores niveles de concentración de /s/ y rasgos esporádicos de la velar. Esta investigación refleja un estudio que en su amplitud abarca el análisis fonético vinculado a aspectos diatópico, diasexual y diageneracional. Cabe destacar que este obtuvo un premio por parte de la Real Academia Española en el año 2010 y hasta el momento se considera el más completo.
También se destacan trabajos diversos de investigación que han demostrado dominio y calidad científica en los fenómenos fonéticos estudiados (monografías, trabajos de cursos, trabajos de seminarios) que los estudiantes de Filología y Comunicación, y  de Lengua y Literatura han desarrollado bajo la tutoría de las catedráticas del Área Lingüística de la UNAN-Managua, Zobeyda Zamora, M. Auxiliadora Rosales y Francis Mendoza Morán. Cabe destacar que algunos de ellos participarán en el VI Simposio del habla y la literatura nicaragüenses que se realizará en el mes  de agosto de 2011.
Valoro y reconozco todos los esfuerzos que se han realizado por profundizar en la esta variante dialectal. Los diferentes estudios de investigación a nivel nacional así lo demuestran. Queda mucho por hacer y hay diferentes compromisos por cumplir. Experimentar en la variante fonética, es muy complejo y requiere un poco más de disciplina y paciencia por parte del investigador para poder descubrir y demostrar un fenómeno determinado.       
Actualmente, en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (Managua) en el Departamento de Español, Área Lingüística, los trabajos de investigación con énfasis  en la fonética, son orientados desde una perspectiva sociolingüística y se rigen bajo la orientación del Proyecto para el estudio sociolingüístico del español de España y América, denominado PRESEEA. Este pretende la creación de un corpus de lengua española hablada representativo del mundo hispánico en su variedad geográfica y social. Esos materiales se reúnen atendiendo a la diversidad sociolingüística de las comunidades de habla hispanohablantes. Agrupa a cerca de 40 equipos de investigación sociolingüística. Es el fruto del trabajo coordinado de investigadores comprometidos con una metodología común para reunir un banco de materiales coherente que posibilite su aplicación con fines educativos y tecnológicos. En un futuro Nicaragua tendrá su corpus de grabaciones orales, es decir contará con un banco de datos fónicos que accederá a  la identificación de nuestras variantes alofónicas, compartidas y diferentes, de los restantes países hispanos. Entonces, ¡adelante!, ¡trabajemos juntos, investigadores, lingüistas y amantes de la pronunciación del español nica! 

















LA ORTOGRAFÍA DE LA LENGUA ESPAÑOLA



Por  Maestra Francis Mendoza Morán
La Real Academia Española contempla dentro de sus objetivos fundamentales orientar el uso de la ortografía. Cada día nos preguntamos ¿cómo se escribe tal palabra?; ¿dónde se le coloca acento ortográfico a equis palabra?; ¿qué se coloca por acá, coma o punto? y otras  tantas dudas.
En la búsqueda de una respuesta a esas diferentes vacilaciones en el dominio de nuestro idioma, se encuentran variadas literaturas que la Real Academia Española ha publicado. Una de ellas es el Diccionario Panhispánico de Dudas. Este nos presenta sugerencias y alternativas para mejorar nuestras habilidades básicas del lenguaje, tales como: escribir y hablar. También tiene como propósito ser guía e instrumento efectivo para todas las personas que están dispuestas a mejorar, ampliar y perfeccionar el manejo de la lengua española. Dentro de los elementos lingüísticos que hace énfasis son: FONOGRÁFICO, porque resuelve dudas de tipo ortológico (sobre pronunciación) y ortográfico (sobre grafías, acentuación y puntuación); MORFOLÓGICA , porque orienta sobre las vacilaciones más frecuentes que se dan en el plano de la morfología nominal (plurales, femeninos y formas derivadas) y de la morfología verbal (formas de la conjugación); SINTÁCTICO, al aclarar dudas sobre construcción y régimen, concordancia, forma y uso de locuciones, etc.; y el LÉXICO-SEMÁNTICO, porque en él se examinan y corrigen numerosas impropiedades léxicas, a la vez que se ofrece orientación sobre el uso de neologismos y extranjerismos. Con más detalles próximamente abordaré aspectos esenciales y discutibles de esta obra lexicográfica.
Luego que se publicara el Diccionario Panhispánico de Dudas, y de haber concluido el texto básico de la Nueva Gramática de la Lengua Española, la responsabilidad que enfrentan las diferentes Academias se aumenta con la preparación de una nueva edición de la Ortografía de la Lengua Española. Hay que destacar que este estudio sobre la ortografía, requiere de una revisión cuidadosa y para eso se parte del consenso de todas las Academias. Esto permite la simplificación del texto y facilita la orientación metodológica (pedagógica) de la obra. El avance de la nueva edición de la Ortografía es de trascendía para la profundización del estudio de la lengua española. Posiblemente  ésta se publicará a finales de 2010.   
La Ortografía de la Lengua Española, edición revisada por las Academias de la Lengua Española de 1999, contiene información sobre: Elementos y principios generales de la ortografía; Uso de varias letras en particular; Uso de las letras mayúsculas; Acentuación; Puntuación; Abreviaturas; Apéndice 1:Lista de abreviaturas, siglas y símbolos; Apéndice 2: Nombres de países reconocidos por los organismos internacionales, con sus capitales y gentilicios; Apéndice 3: Topónimos cuya versión tradicional en castellano difiere de la original y finalmente presenta un Índice analítico. Ésta edición, fue considerada como el primer texto formalmente orientado hacia una actitud lingüística frecuente y usual por todas las Academias de la Lengua Española.
Los profesores Fidel Coloma González y Julián Corrales Munguía en el texto titulado Curso Superior de Español, que la Editorial Universitaria UNAN editara en 1974, representa un antecedente significativo en relación al estudio de la ortografía. (Ambos autores fueron catedráticos de la UNAN-Managua durante esa época). En esta obra se especifican algunos aspectos a considerar del problema, tales como la correspondencia entre el alfabeto y los fonemas del español. Hasta nuestros días es válido afirmar que “…la escritura es, por esencia, conservadora. El lenguaje oral cambia. Lentamente, pero cambia”. Según estos estudiosos,…”es la causa del problema ortográfico”. Debo indicar que, claro, existen otras razones. Pero, ésta es una de las más sensibles. Así pues, ellos detallan las letras y fonemas del español en cada caso. Además enfatizan en que las letras que no tienen ningún sonido son: h, (sin sonido siempre); u, (sin sonidos en palabras como “querer” y “guerra”; c, ( /s/ y /k/, en palabras como: “cima” y “sacar”; g (/g/ y /x/, en “gato” y “gitano”; y finalmente y, (/l/ y /y/, en “y”, “voy”, “yema”). Mientras que los sonidos o fonemas que se pueden escribir con más de una letra son: /b/ (bestia, vestía); /k/ (casa, quinta, kilómetro); /s/ (salir, mecer, corazón); /x/ (gigante, jinete); y, el último, /g/ (gato, gota, gusto,  con gu, está la palabra guerra).
Como se observa la situación no es nada fácil. Sin embargo, para esto existen métodos que nos guían a soluciones. Coloma y Corrales, orientan hacia el uso del diccionario, estudio del significado de la palabra en consulta, revisar las reglas generales de la derivación,  examinar las incompatibilidades gráficas y estudiar las reglas de ortografía.
¿Por qué hago mención de esta obra? Porque es ella, quien retoma uno de los planteamientos más trascendentales hacia la orientación de la enseñanza ortográfica. Es decir, que la ortografía debe estudiarse con un enfoque vinculado entre fonología-fonética y ortografía del español, nuestro idioma. Precisamente es lo que intenta proyectarnos la futura publicación de la Ortografía de la Lengua Española. De tal manera, que deberá partir del estudio de los fonemas vocálicos, desde el punto de vista fonológico: /i/ cerrada, anterior, sonora; /e/ media, anterior, sonora; /a/ abierta, central, sonora; /o/ media, posterior, sonora y /u/ cerrada, posterior, sonora. También lo referido a los diptongos: decrecientes (peine, hay, hoy, Europa, aula) y crecientes (tiene, Asia, salió, bueno, cuatro, vacuo). Y otros fenómenos vinculados  a las reuniones vocálicas.
La otra parte en la que deberá basarse, es en los fonemas consonánticos. Según los criterios indicados por Antonio Quilis (estudioso de la fonología y fonética españolas) son: modo de articulación, lugar de articulación y acción de las cuerdas vocales. Estos mismos son para facilitar el estudio tanto de fonemas vocálicos como consonánticos. Así por ejemplo, es interesante ahondar en variantes fónicas como: alma-alba, brío-frío, salvar-saldar, borro-morro, balsa-falsa, bono-dono, vuela-muela y muchas más del español. En estas y otras palabras se ponen en juego las ciencias semántica y gramática. Por eso y otras razones es que debemos penetrarnos en la tesis de esa relación mutua entre letra y sonido. Así tenemos la correspondencia entre la letra f y su símbolo fonológico de  /f/. Sin embargo se presentan otras más complejas, como la grafía  z, que fonológicamente se representa por el símbolo /Ѳ/ y así sucesivamente.
Por estas y otras razones es que ustedes y yo, esperamos una ortografía más integral, con un mejor enfoque metodológico y  con una visión normativa que se relacione íntimamente con los planteamientos y puntos de vista del Diccionario Panhispánico de Dudas y con la Nueva Gramática de la Lengua Española. Esperamos la novedad, por ejemplo en cuanto al uso del género. ¿Cómo decir: la presidente o la presidenta? Y ya no se diga en relación a la actitud sobre la utilización de la ortografía acentual, puntual y literal.
Los nicaragüenses, catedráticos de la UNAN, Fidel Coloma González y Julián Corrales Munguía, aciertan muy bien en la necesidad de la profundización del estudio de la ortografía vinculada a la fonología y fonética. Esperamos con ansiedad esta obra extraordinaria y estoy segura que ahí aprenderemos más y mejor a usar nuestro idioma, tanto en la expresión oral como en la escrita. Maestra Francis Mendoza Morán. Catedrática de la UNAN-Managua. 



sábado, 19 de marzo de 2011

Diccionario de Americanismos



El trabajo arduo y la comunicación permanente entre la Real Academia de  la Lengua Española y las diferentes academias hispanas, representadas a través de Asociación de Academias de la Lengua Española, han obtenido un fruto lexicográfico maravilloso. Me refiero a la próxima aparición, y segura presentación en Nicaragua, del Diccionario de Americanismos.
 Según D. Humberto López Morales, las dos principales comisiones colaboradoras en esta tarea son la Comisión Asesora y la Comisión Interacadémica. La Asesora ayudó en áreas diferentes al Director del Proyecto (Don Humberto López Morales) y la Interacadémica, en reuniones especializadas, también cumplió con lo propuesto.
Por otra parte, el equipo de redacción, en Madrid, que está estructurado por lexicógrafos españoles e hispanoamericanos, realizó lo encomendado. Hay que destacar que estos estudiosos aplicaron sus conocimientos y experiencia. Además, disponían de fuentes, documentación, muy importantes.  Eso facilitó la preparación de los primeros borradores de cada letra. El DA (Diccionario de Americanismos), contó y tomó en consideración al Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), de éste se retomaron las palabras con marcación diatópica americana y se trasladaron  a la base de datos, esto fue un total de 28,000 lemas (palabras).
El profesor H. Morales, destaca el aporte significativo del programa informático ARU, que fue preparado especialmente para este proyecto. En él se reúne los casi 150 diccionarios de americanismos (generales y nacionales) publicados desde 1975 hasta la fecha. Y agrega que aún hay algunos inéditos. En ARU, Morales, resalta al Departamento de Tecnología de la Real Academia.
Meritoria es la colaboración de los trabajos realizados por los alumnos egresados de la Escuela de Lexicografía Hispánica. Desde, aproximadamente, el año 2003 hasta la actualidad  en cada país hispano existe una representación valiosa y los aportes de éstos son tomados en cuenta vía electrónica a través de las Academias correspondientes.
Todos los materiales antes expuestos constituyen un conjunto integral para el estudio de una palabra americana. Facilitan al redactor (del DA), un acercamiento directo a la descripción de un artículo (toda la información de una palabra) determinado. A esto se suma la función que tiene la Planta, que es un instrumento que detalla y sirve de guía para la elaboración de cada entrada lexicográfica como: información etimológica, marcación diatópica, información gramatical, características de la definición, especificación de sus contornos y otros aspectos del artículo.
El estudio de algunas letras, como por ejemplo la letra C, que por su extensión son complejas, se envió a América en seis secciones (Academias americanas, desde la Norteamericana hasta la chilena y la Argentina).  Así pues, es que en cada una de las Academias inicia el trabajo de revisión de las diferentes palabras y de los restantes aspectos que conforman la estructuración del artículo. Esta fue la principal y la más significativa labor lexicográfica realizada en el Diccionario de Americanismos. Los borradores preparados en Madrid, fueron provisionales. Los redactores hispanoamericanos aportaban solamente acorde  a su competencia lingüística, mientras tanto los demás no tenían demasiada experiencia en el dominio del español de América.
El profesor Humberto, destaca la labor de los equipos lexicográficos de cada una de las Academias, organizadas por uno o varios académicos y los becarios correspondientes. Éstos desarrollaron la revisión de los borradores, letra por letra y según orden alfabético. Este trabajo fue basado en la experiencia idiomática. Después de revisados los materiales por cada una de las Academias americanas y regresados a Madrid, se incorporaron las correcciones u observaciones según algunas convenciones informáticas que permitieron la lectura electrónica de los cambios realizados.
Vale resaltar que en el Diccionario de Americanismos, las revisiones u observaciones realizadas por cada una de las Academias americanas, en su totalidad fueron respetadas. De manera que el Diccionario que usted prontamente podrá obtener y tener en sus manos, representa una riqueza lingüística para los hablantes de habla hispana, especialmente  para los americanos.
El Diccionario de Americanismos se caracteriza por ser: dialectal, diferencial, descriptivo, usual, descodificador y actual. Dialectal, porque se ocupa desde los Estados Unidos hasta Chile y la Argentina, en el extremo sur del continente. Es decir, que la obra es un diccionario del español de América. Diferencial, posee esta característica en relación al español general. (Entendemos por español general el conjunto de términos comunes a todos los hispanohablantes como cama, sol, agua y otros). En la Guía del consultor, del DA, se especifica que no se trata de establecer contrastividad con respecto al español de España y que se ha tenido mucho cuidado con aquellos términos usados en España y en América con acepciones total o parcialmente diferentes. Descriptivo, porque carece de carácter normativo y no da pautas para el “bien hablar o escribir”, ni silencia términos considerados por la comunidad como malsonantes, tabuizados, vulgares, extranjerismos, neologismos, ni palabras que aluden a cuestiones de sexo-género, procedencias, defectos físicos o morales , ni términos de la drogadicción, el narcotráfico, la delincuencia y otros que pudieran herir alguna susceptibilidad. Acorde a esta característica es que el DA respeta las diversas variantes gráficas de la palabra, por ejemplo en pinchinga / pinchingo. Usual, por lo que recopila términos con gran frecuencias  de uso manejados en la actualidad, de frecuencia de uso baja y otros que han sido demostrados como obsolescentes. Estos a su vez se indican con la marcación cronológica respectiva. Por eso el DA ha tenido que ser selectivo, por el espacio limitado que presenta. Las futuras producciones lexicográficas nacionales permitirán el ingreso de nuevos lemas con estas características y podrán demostrar lo rico, amplio y variado del léxico americano. Descodificador, porque está diseñado para ayudar al usuario a entender cualquier unidad textual de ese enorme corpus y finalmente es Actual, porque abarca aproximadamente los últimos cincuenta años.  
 El Diccionario de Americanismos va a considerar  americanismos léxicos a: los lexemas autóctonos de América y, en caso de haberlos, sus derivados (caite); creaciones originales americanas (sifrino,-a); criollismos morfológicos (abrazadera); lexemas de procedencia española con cambio o especificación de contenido semántico (pito); arcaísmos españoles vivos en América (caravana) y lexemas procedentes de otras lenguas tanto antiguos en el español americano, afronegrismos (matungo) o recientes (jamper).
Sin embargo, esta obra lexicográfica  no incluye en la macroestructura acrónimos ni nombres propios. Pero aclara que éstos pueden   presentarse en forma lexicalizada como en julia. (I. 1. f. Mx. Furgón de la policía para transportar detenidos. pop. + cult. → espon.).
También excluye derivados nominales (diminutivos, aumentativos, superlativos y despectivos), tampoco los verbales (participios activos y gerundios), ni adverbios en –mente, a menos que sean de formación irregular o que hayan alcanzado un significado diferente.
En relación a la microestructura, debe indicarse que  está conformada por lo que llamamos artículo. Cada uno de ellos conforma un lema (que es la entrada o título del artículo, como por ejemplo: ajilado,-a; ajochar; ajotar; ajuate y demás. Cada uno de los artículos expuestos, especifica acepciones (variadas definiciones), fórmulas, locuciones, frases proverbiales y remisiones. A todo esto se le considerará artículo lexicográfico.
El Diccionario de Americanismos recopila seis tipos de unidades lexémicas: simples (baderear(se)) y compuestas (cuidapalos), fórmulas (de tratamiento: angú; de comunicación: aló; léxicas: dizque. Los lexemas complejos se caracterizan porque su contenido semántico equivale a la suma de los significados de sus integrantes, como en alcaldía. a.|| ~ auxiliar.  f. Gu, Ho, Ni. Lugar donde se halla la sede y la auxiliar.
Las locuciones presentadas se caracterizan desde dos puntos de vista: a)   semánticamente, porque su significado general no coincide con la suma de significados de las palabras que las integran y es siempre, total o parcialmente, metafórico y b) sintácticamente, por corresponder a una clase de palabra (sustantivo, adjetivo, verbo, interjección,etc.) y por desempeñar una función gramatical determinada dentro de la oración simple, como sujeto, complemento u otro. Se destacan diferentes tipos de locuciones que el lector podrá disfrutar en sus consultas como las de tipo: sustantivas (indio. ~ viejo); adjetivas (boca.  ~ floja); verbales (comer(se). ~ un garrón); adverbiales (jefe,-a.  como ~ ); interjectivas (macana. a la ~) y por último las frases proverbiales  como (jaula. ¡qué linda la ~ y qué feo el pichón!). Cabe destacar que las frases proverbiales se caracterizan también semántica (su significado original no coincide con la suma de significados de la palabras que la integran) y sintácticamente, por no desempeñar funciones gramaticales dentro de la oración simple, sino que son independientes.
En cuanto a la lematización, el DA brinda una relevante importancia a sustantivos, adjetivos, verbos, así como también las fórmulas, lexemas complejos y locuciones, las frases proverbiales y los lexemas de origen extranjero y voces autóctonas de América. El lector podrá consultar este tipo de lemas en la  riqueza de  artículos presentados.
La entrada principal y las remisiones de esta gran obra, nos invitan a explorar las posibles variantes que una palabra determinada pueda ofrecer como en: cebiche, ceviche, sebiche, seviche. También aparece descrita la frecuencia de uso que el DA la especifica atendiendo a las cifras de hispanohablantes (no de habitantes) que la utilicen. (México, 104; Estados Unidos, 45: Colombia, 42; Argentina, 36…Nicaragua, 5;…).
Retoma los fenómenos semánticos como: sinonimia, homonimia y polisemia. En el caso de la homonimia, cada una de las palabras idénticas en su forma pero con significados diferentes lleva su etimología particular. Y en el de la polisemia, como todas tienen la misma etimología, aunque difieran entre sí algunos significados, esta aparece (si debe aparecer) solo una vez, en el lema.
Los lemas presentados en el diccionario, se encuentran ordenados alfabéticamente y se siguen las disposiciones aprobadas en el X Congreso de la Asociación de Academias (1994) a propósito de los dígrafos ch y ll. También en esta parte el lector puede acceder con mayor facilidad a indagar sobre uno que otro lema. La familiarización en el manejo de este tipo de texto, permitirá distinguir por ejemplo que los lemas que presentan marcación de  género masculino y femenino irán en el orden, por ejemplo: playera, playero, playero,-a.
La información etimológica es expuesta en aquellas palabras que la necesiten, esto aprobará una mejor claridad semántica, especialmente sobre aquellos términos de procedencia patrimonial española. También se aclara que cuando los étimos son siglas o nombres propios lexicalizados, se indicará en el paréntesis etimológico. Y cuando el origen es controvertido o desconocido, se indica mediante etiquetas (De etim. contr.) y (De etim. desc.). Los casos dudosos llevan un signo de cerrar de interrogación. También se especifican aquellos términos de etimología onomatopéyica.
Como es de esperarse, el DA orienta hacia cómo indicará las Fórmulas de inclusión, es decir, cuando un lema es el resultado de algún tipo de modificación. Entonces la información etimológica comienza con la fórmula de inclusión correspondiente, como: abreviación (u.): aféresis (¡uta!): apócope (bro.): derivación (abajera): epéntesis (achuncuyarse): metátesis (abracar): paragoge (pinole): prótesis (abalear): y síncopa (agallero).
La información gramatical que se refleja en los diferentes artículos lexicográficos (exceptuando los adverbios, preposiciones, interjecciones y pronombres que no presentan ninguna dificultad), es referida hacia los sustantivos: masculino y femenino; adjetivos: masculino y femenino; verbos: transitivo, intransitivo y pronominal. Toda esta marcación también es de utilidad según el contorno morfosintáctico de consulta. La parte que prácticamente depende de la marcación gramatical es la combinación de categorías  o subcategorías gramaticales en una misma acepción. Cada una de ellas se indican con símbolos especiales.
La información diatópica se determina en cada uno de las palabras del diccionario. De igual manera se realiza en las diferentes acepciones. Aparecen de acuerdo a la localización de los respectivos países, de norte a sur y de oeste a este. Esto es con el objetivo de facilitar la observación de las correspondientes isoglosas (línea imaginaria que en un mapa representa los límites de un mismo fenómeno lingüístico con los puntos intermedios entre ambos) léxicas.
En la frecuencia de uso, se orienta al lector que no llevan marca alguna los lemas y acepciones que se puedan usar en cualquier situación comunicativa, sin ninguna connotación o restricción. Así, se determina ubica especificación hacia palabras y definiciones que son de poco uso y obsolescentes.
Una de las partes más importantes de toda obra lexicográfica, es la definición. El DA aclara que éstas son lexicográficas y no enciclopédicas. Es un diccionario de palabras, no un diccionario de cosas. Son neutras, es decir objetivas, sin valoraciones de ningún tipo ni punto de vista particulares que reflejen una determinada posición o ideología. Mantienen unidad sintáctica. Son claras y precisas. Sin embargo, se podrá observar que algunas se presentan en solitario, es decir solas. Como en el caso de babosear(se). Y otras presentan informaciones marginales o complementarias. Dentro de la definición se ubica a los contornos. Los divide en contornos directos, especificadores y situacionales. En la Planta (Introducción del DA) el lector puede leer la orientación que se hace a este respecto.
Es relevante mencionar que este diccionario también aclara sobre las transiciones semánticas: metáforas y metonimias. Como además expone los casos especiales: onomatopeyas, interjecciones y locuciones interjectivas, fórmulas y frases proverbiales.
Hace uso de términos pertenecientes a la flora y fauna, brindándole  una orientación, aunque compleja, adecuada. Explica que atiende a los casos de los semas (unidad mínima de significado lexical o gramatical) más altos del análisis componencial, y se excluyen informaciones externas y de superficie semántica. Ejemplo: bienteveo. El DA decide presentar la información del nombre científico por considerarla más certera.  
El Diccionario de Americanismos enfoca en sus artículos lexicográficos, las marcaciones geográficas, sociolingüísticas y pragmáticas. En las primeras, se manejan dos marcas extremas del parámetro: urbano (descuidista)  y rural (desempajar). En las segundas, recoge información de cuatro tipos: registro específico; valoración social; (prestigioso, eufemístico, vulgar, tabú) estratificación sociocultural (culto y popular) y los estilos lingüísticos (esmerado y espontáneo). En la tercera, indica la intención comunicativa del hablante y esta puede ser: afectuosa, despectiva, festiva o hiperbólica.
En los artículos se usa la parte denominada Observaciones. Esto es importante, porque añade algún tipo de acotación específica, alguna explicación de un uso determinado u otro aspecto de relevancia fonética, léxico-semántica o morfosintáctica de la palabra en estudio.
Quiero invitar a profesores, alumnos, estudiosos y al público en general a consultar,  y a estudiar esta obra que es el esfuerzo y desvelo de un equipo de trabajo extraordinario. No olvidemos que  el idioma español, como lengua materna, se habla en casi toda América (incluido Estados Unidos), España y algunas regiones  de África. Y que como idioma es importante como lo es cualquier otro.
El Diccionario de Americanismos "es un primer acercamiento serio a la totalidad del español de América", asegura López Morales, para quien "sería fantástico que, luego, en cada país se animaran a hacer su propio diccionario". Nicaragua ya tiene este avance, pues estoy segura que pronto se publicará la cuarta edición (mejorada y aumentada) del Diccionario del Español de Nicaragua, que es precisamente continuación y reflejo del DA. Esto indica que se están ejercitando los pasos idóneos y acertados de las técnicas modernas de la lexicografía española.
Entonces, no nos queda más que empezar… ¡a leer y estudiar nuestra riqueza léxica-semántica  de América!    
Maestra Francis Mendoza Morán
Catedrática de la UNAN-Managua

  




EL “VOSEO” EN EL ESPAÑOL NICARAGUENSE


Por  Maestra Francis Mendoza Morán
UNAN-Managua
¿Qué es el voseo?, según  el Diccionario Panhispánico de Dudas indica que: … “voseo es el empleo de la forma pronominal vos para dirigirse al interlocutor”. La estudiosa Vaquero considera que: “El voseo es, sin duda, uno de los fenómenos morfosintácticos más importantes en el español de América, no sólo por su extensión (ocupa la tercera parte del continente, y es general en la Argentina), sino por las repercusiones que tiene en el paradigma verbal”. (Vaquero 1998: 22).
En América, se dan tres posibilidades de fórmulas de tratamiento:
a) La propia de la América tuteante, donde hallamos para la segunda persona singular de confianza y usted para la segunda de respeto.
b) La propia de la América sólo voseante, donde la forma de confianza vos coexiste con la de respeto usted.
c) La de la América tuteante-voseante, donde el vos se restringe al ámbito sumamente íntimo; el , para la confianza intermedia; y el usted, como forma de respeto.
Como se observa, Nicaragua se ubica en la forma de tratamiento voseante (inciso b). Lo usamos, generalmente, para demostrar ‘confianza’ y también con otras particularidades tanto en la expresión oral, como en la escrita.
Es necesario hacer un poco de historia para  comprender  este fenómeno morfosintáctico. Sus raíces surgen en el periodo de la conquista y primeros años de la colonización. Así hablamos de un voseo reverencial, éste consiste en el uso de vos para dirigirse con especial reverencia a la segunda persona gramatical, tanto del singular como del plural. Esta fórmula de tratamiento de tono elevado, común en épocas pasadas, sólo se emplea hoy con algunos grados y títulos, en actos solemnes, o en textos literarios que reflejan el lenguaje de otras épocas. Las diferencias de clases económicas al usar el vos era la forma que se usaba para marcar despectivos en el trato a los inferiores, pues estuvo reservado para la élite, realeza, nobleza, mercaderes y políticos.
A través de estudios morfosintácticos que se han realizado en Nicaragua, se ha podido demostrar que  el caso de os es como la forma de complemento directo (os vi) y de complemento indirecto sin preposición (os digo) no representa un uso constante. Solamente en algunos contextos lingüísticos determinados. Ejemplo: al leer lecturas bíblicas en ritos religiosos. (Expresión escrita).
A través de alumnas egresadas (UNAN-Managua) de la carrera de Filología y Comunicación Arancibia Sandoval, Estela Carolina y Rodríguez Flores, Oreana Lily, en la investigación titulada  El voseo y otras formas de tratamiento en algunos hablantes del barrio Pablo Úbeda de Managua que  veintiséis hablantes entrevistados de ese sector utilizan el voseo para manifestar ‘confianza’. El nivel académico no influye en el uso del vos y predomina tanto en jóvenes como en adultos. Se usa el voseo en la vida cotidiana por ‘costumbre’. Entre los amigos expresa ‘confianza’. Entre la relación de pareja (sentimental)  adquiere el sentido de ‘confianza’. Estos datos resultan valiosos y corroboran la idea cuando Moreno de Alba cita a Páez Urdaneta (1981,11), éste escribe ciertamente que el voseo “es un fenómeno con correlatos históricos-culturales y que, por lo mismo, es un fenómeno con actuales implicaciones sociales y psicosociales”. (Moreno 1993:179).
El autor nicaragüense Ernesto Cardenal comenta que lo idóneo sería escribir a como se habla. Por supuesto que tal afirmación ofrece un enorme abanico de variadas discusiones. Así pues, en uno de sus escritos  sobre la diversidad de lenguas  señala: “En Nicaragua no hablamos de sino de vos, y sin embargo, los poetas no usábamos el vos en la poesía. Mi poema más conocido es uno de juventud que empieza con esta línea: Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido. Y es que no nos atrevíamos a escribir como hablábamos. A mí me tocó ser de los primeros que se atrevieron. Y fue un logro muy importante cuando lo hicimos. Ahora todos los poetas nicaragüenses escriben con el vos. El poeta José Coronel Urtecho me decía que él antes no podía escribir el vos ni en las cartas a su madre”. (Cardenal 1998: 68).
A continuación se presentan algunos ejemplos de Ernesto Cardenal, donde efectivamente se observa el uso del pronombre vos. A la vez obsérvese el comportamiento del paradigma verbal (Cardenal 1989). … pero después de esa lucidez volvés otra vez a los clichés, los slogans. Cuando vos te me vas / yo voy detrás de vos/y cuando yo soy quien me voy/ vos vas detrás. (551).
Mirá lo que yo hice por vos, / por tu pueblo, pues /Mirá esas letras, y no dudés de mi, tené fe / hombre de poca fe/pendejo. (208).
Cuando recibís el nombramiento, el premio… (209).
En todos los enunciados expuestos, el autor hace uso correspondiente en cuanto a la relación: vos ® volvés, mirá, dudés, tené y recibís. Lo que indica que el paradigma verbal mantiene concordancia sintáctica con el uso de este pronombre.  Este uso coincide con  lo asegurado por Lipski  cuando señala que: “En Nicaragua solo vos es pronombre familiar. Las formas verbales están acentuadas en la sílaba final (Aleza, cita a John Lipski).
También existen otros autores que reflejan el uso de esta variante morfosintáctica, así se puede ejemplificar también a:
¡Caramba cipoté!, te estoy dando de comer y vos me salís con esa brutalidad. Sos un puñetero de porra, te merecés un buen querque, si estuviera Pepe aquí le ordenaría que te diera un buen chillazo. Tenés la mente torcida o es que estás viendo todo con aumento. (Espinoza 1998: 95).
Quiero que lo busqués para que me digás cómo es, porque en cuanto pueda me escapo con él. (Belli 1990: 65).
Hoy, sentado en tu cama, más calmo que nunca, Ladislao, te hacés y rehacés, no sin temor, las mismas preguntas, confirmás las mismas dudas, y no acertás todavía a responderte nada, absolutamente nada. (Uriarte 1996: 80).
A vos te consta que si he tenido defecto de ser violento,… (Ramírez 1980: 50)
Un gran análisis surge alrededor de estos usos. Esta breve documentación demuestra que en la expresión escrita, y de grandes autores, se utiliza con naturalidad este fenómeno. A través de sus expresiones manifiestan la proyección de una literatura adaptada a la realidad de su pueblo. Independientemente que se pongan en función los niveles de lengua, la presencia del voseo es insustituible.   
Como se ha indicado anteriormente el uso del voseo se ha considerado como una forma agramatical o incorrecta. Actualmente la Real Academia de la Lengua Española, ha incluido a este pronombre personal a la par o como equivalente del tú. Nótese el siguiente ejemplo del verbo amar: Presente del indicativo.  (DRAE: 2001). amo /amas/ amás /ama/ amamos/ amáis / aman/ aman. Esta conjugación la podemos observar en: Mirá lo que yo hice por vos, / por tu pueblo, pues /Mirá esas letras, y no dudés de mi, tené fe / hombre de poca fe/pendejo. (Cardenal 1989: 208).
Efectivamente, los nicaragüenses usamos el verbo amar en segunda persona del singular del modo indicativo a como se indica anteriormente. De igual manera, se observa el uso del vos en la segunda persona del singular en el modo imperativo. Sí usamos oralmente la forma: amá vos o vos amá.
 Veamos el modelo de conjugación verbal a continuación: ama (tú)  /amá (vos) amad (vosotros) /  amen (ustedes). Así lo confirma Moreno de Alba al decir que:”en el voseo se usan los imperativos sin –d (cantá, poné, vení)”. (Moreno 1993:.181) Como se observa en el habla nicaragüense, efectivamente sí se utiliza esta variante morfológica.  
En la actualidad, para el uso del tiempo futuro de indicativo se usa la forma de singular en la mayoría de las zonas voseantes,  pocas conservan el voseo (vos comerés o vos comerís). Esto se debe a que el futuro es una forma propia del habla escolarizada, puesto que las formas vulgares son perifrásticas. En la literatura  gauchesca se registran algunas veces el futuro voseante (vos sabrés o vos comerés), pero estas formas son desconocidas en el rioplatense actual.
Al usar el vos en los condicionales y en los imperfectos de indicativo y de subjuntivo, concuerdan las personas y vos. Son homomórficas por evolución al ser el voseo monoptongado. También resultan homomorfos por evolución, por la misma causa, los verbos estar, dar, ir y ver.  Ejemplo del verbo estar modo indicativo, presente imperfecto o copretérito: estaba/ estabas/ estaba/ estábamos/ estabais / estaban
estaban.
Producto de esta situación se ha demostrado que la mayoría de los hablantes nicaragüenses aspiramos el fonema fricativo, alveolar, sordo /s/ en diferentes contornos lingüísticos. Esto tiene mucha relación con la explicación morfosintáctica que afirma que la marca (-s) de segunda persona del singular desaparece cuando se trata del pretérito perfecto simple (pretérito) del modo indicativo.  Esto se observa de igual manera al conjugar el verbo amar en pretérito  perfecto simple: amé/ amaste/ amó/ amamos/ amasteis / amaron/ amaron.
Sin embargo, en la pronunciación descuidada suele escucharse [a’mahteh] (amastes). Contradictoriamente esa “s” va incluida en la estructura morfológica, pero se pronuncia aspirada. Mientras tanto, en el habla cuidadosa, es decir en la forma culta, no está presente esta marca y no suena como una aspiración. Se mantiene [amásteÆ]  (amaste).                                      
Y en el modo subjuntivo del pretérito imperfecto o pretérito del verbo estar ocurre lo siguiente: estuviera o estuviese/ estuvieras o estuvieses/ estuviera o estuviese/ estuviéramos o estuviésemos/ estuvierais o estuvieseis / estuvieran o estuviesen/ estuvieran o estuviesen. Efectivamente, los nicaragüenses usamos estas formas conjugadas.
En el caso del pretérito perfecto simple, la segunda persona del plural, proveniente de la forma latina -stis > -stes, conserva su -s final. En la Península, ésta suele pasar, por analogía, a la segunda del singular. En nuestro país, por ultracorrección, quitamos la -s de la forma voseante. Entonces origina: cantaste. Este uso es acompañado por la variante fonética ‘aspiración u omisión de /s/’. Así pues, notamos que en Nicaragua el pronombre personal vos en esos tiempos y modos descritos son usados con esa estructura morfológica.
Producto de las aclaraciones y especificaciones anteriores en el voseo nicaragüense se originan las siguientes expresiones equivalentes: Tú vos / A ti a vos / Para ti para vos / De ti     de vos / Contigo    con vos / Sin ti    sin vos / En ti  en vos / Para ti mismo (a)    para vos mismo (a) / Salir de ti     salir de vos / Tú has ido  vos has sido / Tú habéis ido   vos has ido (habéis ido) / Tú eres  vos sos.
Estas ejemplificaciones muestran la variedad de este fenómeno, sin embargo en nuestro país le asignamos un característico uso que se adapta a las variaciones regionales que surgen en la forma particular en que hablamos el español.
Diatópicamente si trazamos un mapa sobre la expansión del voseo en América, vemos que las zonas que se han conservado voseantes son las que estuvieron más alejadas de la Península. Si descendemos en el mapa, encontramos voseo en los estados del sur de México, Chiapas y Tabasco, que históricamente tuvieron un mayor contacto con la Capitanía General de Guatemala.
También persiste el voseo en Centroamérica, en tanto que se ha perdido en las Antillas, que siguieron unidas a España hasta fines del siglo pasado, es el caso de Cuba y Puerto Rico, además de ser tránsito obligado de las naves que venían de la metrópoli. Respecto de Santo Domingo, pudo también influir el hecho de tener, desde antaño, una  Universidad muy importante.
El voseo persiste, asimismo, en la zona andina de Colombia y de Venezuela. Hay voseo en la zona serrana y costera del Ecuador, en algunas provincias del norte y del sur de Lima, en el Perú: al sur, principalmente en Arequipa y al norte en Ancash, San Martín, Huánuco y Cajamarca. En Bolivia, donde, en los niveles populares, existe en todo el país. En Chile y en el Rio de la Plata.
Desde el punto de vista de la extensión diastrática  puede decirse que hay  niveles de uso, el Río de la Plata es la única región en que el voseo forma parte de la norma culta. Prácticamente la Argentina, el Paraguay y el Uruguay, junto con Costa Rica, son las únicas zonas que han excluido el del paradigma. Pero en Costa Rica, como en otras zonas de América del Sur, el voseo contiende con el "ustedeo", es decir, el empleo del usted para las situaciones de confianza; por ejemplo, en Costa Rica, los niños en la escuela se tratan entre sí de usted.
El resto de Centroamérica también emplea el voseo. En Nicaragua, como ya se indicó  anteriormente, su uso abunda en la lengua oral, pero se tiende al tuteo en la escritura.  El Salvador y Honduras alternan el uso voseante con el tuteante.
Panamá es el más tuteante de los países centroamericanos. El vos se localiza en la zona occidental y en áreas donde el elemento indígena es predominante. En cambio, en las zonas donde prevalece el elemento africano, el uso es tuteante.
Algunas críticas se escriben y se escuchan alrededor de que nosotros usamos el pronombre personal vos porque somos “confianzudos”. Lipski dice: “Los nicaragüenses utilizan con toda libertad vos con los conocidos, lo que les da fama de ‘confianzudos’. (Lipski 1996:313). Esto no se puede aceptar rotundamente. Solamente el usar el significante ‘confianzudos’ es para nosotros ‘despectivo’. No necesariamente se utiliza el vos para expresar ‘confianza’, sino también ‘amistad’, ‘afecto’, ‘seguridad’…y otros. Depende el contexto lingüístico en que nos encontremos. Por ejemplo, al abordar aun taxi (transporte selectivo) o un bus urbano (transporte público) no nos dirigimos hacia el chofer de vos, sino de usted con el sentido de manifestar ‘distanciamiento’… y otros. Entonces, podemos expresar ‘confianza’ o ‘respeto’, dependiendo a quién nos dirigimos, dónde nos encontramos y de qué hablamos.
Tenemos que tener claro que Nicaragua forma parte de los países latinoamericanos que usan el “vos” en vez del “tú” como segunda persona del singular. En la escuela primaria y clases de gramática se enseña a usar el tú, pero en la vida cotidiana y en la socialización siempre reina el “voseo”. Verdaderamente que es el vos el que el niño, adolescente, joven y adulto escucha en su realidad lingüística. Sin embargo, este fenómeno ha trascendido al uso en la forma escrita de algunos autores nicaragüenses, lo que demuestra su vigencia e importancia sociolingüística. Por ejemplo:
-Pero… ¿No querés saber qué ocurre?, comprobálo vos mismo; arriesgáte un poquito, abrí los ojos y leé.  (Espinoza 2007: 51).
-Qué lindo quedó- dice la Eulalia, acariciando la falda de volantes-vamos, mijita, no seás mala, ponételo, quiero ver cómo te queda… (Belli 1990: 25).
Ah- se dijo, mientras se levantaba a ver si ya comenzaba a hervir el agua del café-, pobre vos, Concepción, si  entonces eras como un animalito, encerrada en aquel enorme convento. (Uriarte 1996: 79).
-Cometés el error de muchos, creerse capacitado para juzgar. (Barquero 2006: 70).
Y vos, que el álbum artístico lo tenían tus socios,… (Ramírez 1980: 17).
Los nicaragüenses usamos el pronombre personal  usted (término latinoamericano que nace como diminutivo de la expresión colonial castellana “vuestra merced”). A las personas adultas generalmente se les trata de usted, y al referirse a un señor o una señora se antepone el “don” o el “doña”: don Rafael, doña Sofía, don Mario, por ejemplo.
De igual manera, al dirigirnos hacia nuestros profesores lo tratamos de usted y nunca de vos. Desde el punto de vista social, tratar a un profesor de vos no se aprueba positivamente, a menos que esos tratos se adapten a usos restringidos lingüísticamente.  
El vos en Nicaragua goza de prestigio lingüístico, con sus particulares características de uso. Al hablar del  fenómeno morfosintáctico voseo debemos tomar en cuenta elementos diatópicos, diastráticos y diafásicos de una comunidad determinada de hablantes.
Existe la urgencia por realizar estudios dialectales y sociolingüísticos,  donde se reflejen informaciones morfosintácticas del español que hablamos los nicaragüenses: voseo, ustedeo, leísmo, laísmo, loísmo, perífrasis verbales... y otros. Próximamente se publicará el estudio sobre  el Atlas Lingüístico de Nicaragua, correspondiente a la parte morfosintáctica y ahí tendremos una panorámica específica de esta variante: el voseo.
Francis Mendoza Morán
Maestra en Lexicografía Hispánica
UNAN-Managua